viernes, 27 de noviembre de 2015

Novena Inmaculada, Día 30 de noviembre, Día Segundo

Blog Católico de Javier Olivares, jubilado

 Novena Inmaculada, Día 30 de noviembre,

Día Segundo

 

DÍA SEGUNDO

MONICIÓN PARA ESTE DÍA

El segundo recuerdo que la Virgen confió a San Lucas fue el de su visita a su prima Santa Isabel. María parte sola y de prisa con afán de servir. Va a santificar al Bautista. A cuantos servimos al Señor con alegría, nos conceda la gracia y la paz.
R. — Amén.

REFLEXIONES EVANGÉLICAS: ESPÍRITU DE SERVICIO
Contemplemos la escena del servicio de la Virgen y la santificación del Bautista.




Del santo Evangelio según Lucas 1,39-56

En aquellos días, se puso en camino María y se fue con prontitud a la región montañosa, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. En cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, Isabel quedó llena de Espíritu Santo y exclamó a gritos: «Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno; y ¿de dónde a mí que venga a verme la madre de mi Señor? Porque apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno. ¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!»
Y dijo María:
«Alaba mi alma la grandeza del Señor y mi espíritu se alegra en Dios mi salvador porque ha puesto los ojos en la pequeñez de su esclava, por eso desde ahora todas las generaciones me llamarán bienaventurada, porque ha hecho en mi favor cosas grandes el Poderoso, Santo es su nombre y su misericordia alcanza de generación en generación a los que le temen.
Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los de corazón altanero. Derribó a los potentados de sus tronos y exaltó a los humildes. A los hambrientos colmó de bienes y despidió a los ricos con las manos vacías.
Acogió a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia -como había anunciado a nuestros padres- en favor de Abrahán y de su linaje por los siglos.»

María se quedó con ella unos tres meses, y luego se volvió a su casa.

María por su «Fiat» ha quedado constituida Madre de Dios y se define Ella misma: «ancilla Dómini». Servir es entregarse. Salir de sí mismo. Desgastarse totalmente. Se sirve a Dios sirviendo a los hombres por El. ¡Qué fuerte llamada la de la Virgen a todos sus hijos: servir, ser útiles! Santificar sirviendo. Te «necesita» Cristo en su Iglesia. Ayuda y sirve «como la Iglesia quiere ser servida». No te puedes quedar esperando una llamada solemne a cosas grandes. Tienes la llamada a servir siempre en «lo pequeño».

ACLAMACIONES
D. — Para que aprendamos el valor de nuestro servicio.
R. — Intercede, Madre, ante el Señor.
D. — Para que santifiquemos siempre a través de nuestro servicio.
R. — Intercede…
D. — Para que comprendamos la necesidad y la urgencia de ser útiles a la Iglesia.
R. — Intercede…
D. — Para que nos acompañe siempre la humildad al desempeñar nuestros pequeños servicios.
R. — Intercede…

ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
D. — Tu Inmaculada Concepción, oh Virgen Madre de Dios.
R. — Anunció la alegría a todo el mundo.
OREMOS
Dios, que por la Concepción Inmaculada de la Virgen preparaste digna morada a tu Hijo, te suplicamos, que, así como por la muerte prevista de tu Hijo la preservaste de de toda mancha, por la intercesión de María nos concedas llegar a Ti enteramente limpios. Te lo pedimos por Nuestro Señor Jesucristo…
R. — Amén.
D. — Que el auxilio divino permanezca siempre con nosotros.
R. — Amén.

Canto a la Virgen.
María, mírame

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